domingo, 17 de febrero de 2013

Distinción y repetición

CRÍTICA
Por Nahuel Carmona


En un año donde la batalla del rating comienza desde su arranque, una de las apuestas del verano de El Trece tuvo su debut.

La gran cantidad de realitys de diversos estilos que sobrevolaron el ambiente de la pantalla chica pone una lupa sobre aquellos que llegan. 

El artista del año comienza de forma atractiva y teniendo en cuenta el objetivo que persigue el concurso, la introducción demuestra su carácter artístico 100%. En materia escenográfica, se nota la apuesta del canal al tener gran cantidad de recursos televisivos.

Por el lado del jurado, la presencia de Nacha Guevara y Nicolás Repetto aportan una cuota de excelencia. y si bien en un primer momento costaba imaginar cómo se desenvolverían en este rol, la presencia de ambos se vuelve fundamental en la búsqueda.

Si bien Mariana Fabbiani tiene a cargo su primer reality, la frescura en su conducción trasciende el género. Con su sonrisa y la suficiente muñeca para tratar a los participantes, la ex RSM aprueba con creces su primera prueba. Con el tono justo de intimismo en cada performance Mariana es sin dudas el gran acierto del programa.

Con historias contundentes que pueden aportar a esa trama que termina siendo el reality show, El artista del año se presenta como una apuesta directa que cumple con las expectativas y que deberá bucear en la órbita trazada por el programa para buscar un sello identitario.

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