jueves, 25 de julio de 2013

Mariana Fabbiani; nueva faceta: conductora de actualidad

Su programa El diario de Mariana se centra en casos policiales y es de puro corte periodístico, en la coyuntura del minuto a minuto.

 
Por Adrián Pallares.
Por Rodrigo Lussich.

El diario de Mariana es un programa que tuvo el desafío de mejorar la medición de las tardes de El Trece cuando se levantó Dale! la tarde, el ciclo con Mariano Iúdica que no conformaba las expectativas de las autoridades del canal. El magazine que lleva adelante Mariana Fabbiani por cierto cumplió el primer objetivo, con lo complicado que significa mantener un número firme en el constante zapping de la franja.
Pero -al igual que le pasó a Iúdica- a Fabbiani también la coyuntura del rating la llevó a dar algunos giros al ciclo que, enmarcado en el laxo formato del magazine, puede ir y venir cambiando los climas sin que resulte demasiado forzado. Sin embargo queda claro que ha ido virando su contenido a raíz de la cobertura del Caso Ángeles Rawson, que el programa sigue a diario, inclusive marcando día a día con el "Día..." transcurrido desde el asesinato de la joven.

El estigma de la tarde de El Trece hace que la búsqueda del número instale el estilo de sus programas en vivo. En el verano el programa de Iúdica y Florencia Peña se propuso como un mix de formatos mezclando humor y emociones, y fue girando hacia un programa de espectáculos, con la salida de Peña del ciclo como primera consecuencia.

Ahora "El diario de Mariana" parece ir en el mismo sentido. Un enorme sillón con muchos invitados propone el debate de los temas candentes del día, pero muy enfocado en los casos policiales que más conmueven a la opinión pública. Al caso Ángeles se le ha sumado el desarrollo del caso Susana Leiva en las últimas horas.

No tenemos aquí a la Mariana Fabbiani a pura risa y frescura, sino metida en cuestiones más escabrosas y duras. Su oficio le permite mostrar otra faceta y salir airosa, más allá del cambio de perfil. Un programa con mucha gente al estilo "maurovializado" pero con gusto a canal Trece, y algunas otras facetas del programa que quedan relegadas. Los panelistas de espéctáculos esperan en una mesa cambiar de tema, y ciertamente Humberto Tortonese se desdibuja en el nuevo estilo que no lo necesita tanto.

Fabbiani reparte el juego y lleva adelante un formato periodístico de actualidad que no le impide ponerse las antiparras y jugar al "sifonazo" con un invitado, salta a un momento divertido y feliz, vuelve a reirse y se relaja en medio de un programa más tenso que el que pensó originalmente que iba a conducir.
 

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